sábado, 17 de mayo de 2014

El dormitorio del artista en Arlés



Pintura postimpresionista, realizada en óleo por Vincent van Gogh. Se trata del dormitorio del artista de su periodo en Arlés. Aparecen una serie de objetos cotidianos que están emparejados (dos sillas, dos puertas, cuadros emparejados de dos en dos, dos almohadas) Realizado con pinceladas gruesas y pastosas, utiliza colores cálidos y complementarios (el amarillo y el azul) Las figuras aparecen delineadas por líneas negras que se aprecian más en unas zonas que en otras, por ejemplo en la cama, en la silla más cercana al espectador o en la parte derecha del suelo, estas líneas marcadas tienen que ver con la influencia que Van Gogh recibió de los grabados japoneses, muy difundidos por el este de Europa, influencia de estos grabados es también la ausencia de sombras, el uso de colores planos, las pronunciadas perspectivas y, en general, la sencillez del dibujo, que se aleja de plasmar la realidad tal y como nuestros ojos la perciben, debido a que con la invención de la cámara fotográfica este objetivo ya está conseguido y ahora el arte pretende buscar nuevos objetivos.

viernes, 9 de mayo de 2014

La Pedrera


Realizada por Gaudí, en el siglo XX. De tendencia modernista que forma parte de la herencia cultural de la arquitectura barroca de Italia, debido al movimiento de la fachada con líneas curvas y un paramento que avanza y retrocede continuamente, recordando a Bernini o Borromini. Cada balconada tiene una individualidad y ningún elemento se repite, dando carácter orgánico, de ondulado suave. Nos recuerda a las cuevas de Capadocia ya que vemos los materiales al natural, trabajados para ser habitados por el ser humano. Construida con nuevos materiales que nos recuerdan a la roca calcárea de Turquía. La complicidad de la planta nos recuerda a une ameba, o una célula que también se puede apreciar si se observa el patio desde arriba, recordando a la plasticidad de un ojo. La parte superior tiene una terraza con varias ventanas sobre las que hay tejadillos que salen directamente del tejado, también este tejado nos recuerda a un dregón con sus formas ondulantes, propias de los reptiles. Además incluye unos respiraderos a modo de guerreros tuaregs con distintos juegos, unos más decorados y otros menos, con elementos vegetales o con trencadís.

Sullivan, edificio de Chicago


Construcción realizada en Chicago que utiliza los nuevos materiales (hormigón armado). Sullivan es un constructor que une el clasicismo con las nuevas tendencias racionalistas (líneas simples, bloques cúbicos) lo que será el racionalismo, pero perviven aspectos de la época clasicista, como el arco de medio punto (en la base inferior tres arcos que recuerdan a los arcos de triunfo romanos y a las portadas góticas, además van disminuyendo en tamaño según se asciende, lo que nos recuerda a la sección áurea o a la superposición de órdenes) y las pilastras adosadas.Tiene la idea de bloque, por lo que es de carácter geométrico al ser su base el cuadrado. La cornisa superior conecta con los palacios florentinos del Renacimiento, así como en el juego de ventanas bíforas, coronadas con su arco de medio punto (el empleo de las vidrieras dan gran luminosidad al edificio). También nos lo recordaría el almohadillado de la parte superior del edificio, que marca una textura distinta en la fachada del edificio. Gracias a la construcción del ascensor aparece un mayor número de plantas, una nueva tipología de edificio (los rascacielos), ya que antes solo eran de 5 plantas como mucho. Ahora el muro pierde el carácter sustentante y actúa como cierre, ya que toda la estructura del edificio tiene unos empujes interiores que lo sostienen.

sábado, 3 de mayo de 2014

La familia de Carlos IV


Pintura al óleo, realizada por Francisco de Goya en el año 1800, durante la etapa artística del Neoclasicismo español. Se trata de un retrato de grupo en el que aparece la familia de Carlos IV, representada en tres grupos ligeramente diferenciados, en el centro los monarcas con sus hijos (Carlos ligeramente adelantado) y a ambos lados, más separados el príncipe heredero y los príncipes de Parma. La composición está marcada por una horizontalidad que dan los personajes colocados en fila que se rompe con dos líneas verticales de los marcos de los cuadros del fondo de la habitación. Goya se interesó bastante por captar la individualidad de cada personaje, intentando mostrar sus personalidades en los distintos gestos de la cara. También cuida los detalles de los ropajes (adornos dorados o las bandas) todos ellos realizados con una pincelada suelta. Los tonos empleados son más bien cálidos y parece que hay una especie de bruma dorada en el ambiente, lo que nos recuerda a las Meninas de Velázquez. Además la luz juega un papel importante: se percibe un rayo de luz que entra desde la esquina superior izquierda según se mira el cuadro de frente y esto hace que percibamos distintos volúmenes en los ropajes según estén iluminados o no. También mencionar el juego espacial que ocasiona el autorretrato de Goya al situarse detrás de los protagonistas, en penumbra, para no llamar tanto la atención. Al incluirse a sí mismo mirándonos intenta involucrar al espectador, como si el pintor estuviera reflejado en un espejo y en realidad estuviera a nuestro lado.