sábado, 26 de abril de 2014

Los Desastres de la Guerra



Aguafuerte realizado por Francisco de Goya en el siglo XIX, durante la etapa artística del Neoclasicismo español. Esta técnica consiste en cubrir una placa metálica con barniz o cera, sobre la que se hace el dibujo y al echar el aguafuerte, el contorno queda marcado en la placa y a continuación se pueden hacer distintas impresiones. Pretende dar a conocer los desastres causados por la Guerra de la Independencia Española en una serie de 83 grabados. Aparecen cadáveres mutilados y colgados de un árbol. Un cuerpo está atado de pie mientras que otros dos se encuentran bocabajo y a uno le falta la cabeza y el brazo, que están atados a su lado. Aparece en medio de un monte, en el que las colinas que se ven al fondo dan profundidad a la imagen. Presenta un gran realismo tanto en los cuerpos como en el propio árbol lleno de ramas definidas. Se trata de un composición abierta, muy teatral, donde el drama es inevitable. Además se aprecia un gran avance de Goya para su época: el carácter testimonial, incluso periodístico, contándonos su versión de los acontecimientos. En esta composición en especial, no se distingue si los cuerpos son españoles o franceses, de esta forma es una denuncia de la injusticia en general, del hombre contra el hombre. Esta composición nos recuerda a Ribera, con sus diagonales abiertas y paralelas, la tensión y escorzos de los cuerpos (el hombre que está colgado por los pies) etc.


miércoles, 9 de abril de 2014

La rendición de Breda o Las lanzas


Obra del periodo Barroco español, pintada sobre óleo por Diego Velázquez entre 1634 y 1635 (su segunda etapa, entre los dos viajes que realiza a Italia). Representa un tema histórico: la victoria de España sobre Breda durante el reinado de Felipe IV. El cuadro está dividido en dos espacialmente, en la parte superior, un rectángulo para el paisaje, y en la parte inferior otro rectángulo para los personajes. En el rectángulo inferior, en nuestra derecha aparece el ejército español y en la izquierda, el ejército de Breda. Además el cuadro está dotado de cierta simetría marcada por los dos personajes centrales y a la vez los caballos de los generales sirven para cerrar de forma elíptica el conjunto de los personajes. Para dar profundidad, usa personajes de espaldas y el propio caballo del ejército español, de gran volumen y proporciones . Los rostros son variados y muy expresivos y podría haber incluso un autorretrato de Velázquez y un personaje en el lado izquierdo, que junto con Velázquez crean una complicidad con el espectador, introduciéndonos en el cuadro. Y sin duda alguna, el elemento más llamativo, las picas de gran verticalidad, que fueron confundidas por lanzas, de ahí el nombre del cuadro (crean una sensación de equilibrio de planos, rompiendo la línea horizontal del horizonte, dándole equilibrio). Y en el rectángulo inferior aparece el paiasje, se trata de una vista en perspectiva de Breda, en el que se aprecia la perspectiva aérea(comienza con colores cálidos que en el fondo del paisaje se enfrían) con algunos detalles como las nubes o el humo de la batalla. En todo momento busca el realismo (ropajes, gestos o los detalles de las lanzas) Además la composición general está marcada por dos diagonales creadas por ambos bandos. En cuanto a la temática general, representa el respeto y la complicidad entre ambos bandos que se dan las llaves en el centro del cuadro.

Dos niños comiendo melón y uvas



Pintura realizada al óleo por Esteban Murillo, entre 1645 y 1650, forma parte del período barroco español. Se trata de una pintura de tema costumbrista, en el que aparecen dos niños (mendigos) comiendo melón y uvas, Murillo siempre tuvo predilección por mendigos o niños de la calle para plasmar las escenas cotidianas, pero se trata de un costumbrismo amable, no es un costumbrismo serio que pretenda impresionar. A la hora de hablar de este tema debemos tener en cuenta que fue pintado en Sevilla, y comprado en ese mismo lugar, debido a la gran clientela que estaba haciendo negocios por Sevilla, de paso, debido a la riqueza que producía la casa de Contratación, y como eran anglicanos o protestantes, preferían estas temáticas cotidianas antes que las religiosas. En este cuadro se ve tenebrismo (estamos en una de las primeras etapas de Murillo, por lo que todavía está influenciado por Caravaggio) y un contraste de la luz, que recae sobre los niños dejando el resto oscurecido, y además el dominio del bodegón en el melón, las uvas, la cesta o la navaja. Un gran naturalismo en las telas y en los ropajes, expresando de una forma muy real sus texturas, así como la cara de los niños (que se miran entre ellos directamente, mostrando complicidad y creando una diagonal con la mirada) o la suciedad de los pies descalzos.

San Hugo en el refectorio de los cartujos


Pintura realizada en óleo por Francisco de Zurbarán, fue pintada entre 1630 y 1635 por lo que forma parte del Periodo Barroco Español. Se trata de un cuadro de temática religiosa. Aparece en un primer plano san hugo, detrás, sentados en una mesa con forma de L los cartujos, con distintas expresiones que le dotan de realismo e individualidad. En un siguiente plano la pared, que tiene un cuadro. Este es un hecho llamativo, la representación de "un cuadro dentro de un cuadro", en el que la temática es religiosa y destacan los colores cálidos y en un último jalón visual el paisaje del exterior de la construcción, al que le falta realismo, aquí vemos detallada la poca técnica que Zurbarán tenía para la perspectiva, de hecho en la mayoría de los cuadros evita las perspectivas marcadas. A nivel general destaca la gran variedad de tonalidades blancas y grisáceas, y el ambiente de reflexión, de tranquilidad que emiten los monjes, parece que ellos mismos son quienes desprenden la luz (esto se debe a que es una composición con carácter geométrico, en el que predominan los rectángulos y los triángulos) Además el carácter realista del cuadro (la sombra del personaje central) y también cabe mencionar el cuidado bodegón que pinta sobre la mesa con gran detallismo del pan, los platos o las jarras, mostrándonos su cuidado interés por las naturalezas muertas y su experiencia a la hora de llevarlas al lienzo.

El martirio de San Bartolomé


Cuadro pintado al óleo por José de Ribera. Pintado en 1644, por lo que forma parte del arte Barroco español. Se trata de una de las obras maestras de Ribera, destaca en gran realismo en los distintos personajes, al tener un estudio minucioso de los gestos (todos ellos muy expresivos) y de los escorzos (las piernas del que hace fuerza para levantarlo o la espala del personaje que va vestido de rojo) La obra transmite el dolor (propio de la época barroca) Juega con las diagonales, creando dos triángulos invertidos con los brazos del mártir y el eje longitudinal del palo central, que nos lleva a poner la atención sobre Bartolomé. Las figuras de los laterales, ya en un segundo plano crean líneas en zigzag para dar dinamismo al cuadro y a su vez dan profundidad. Para esta profundidad se sirve de algunas figuras de espaldas. Además se establecen elementos que comunican al espectador con el interior del cuadro, al crear como un gancho visual, es decir, la mujer que sostiene al niño al mirar directamente al espectador. La composición está pintada con colores cálidos y se crea un contraste entre el fondo azul  y las figuras (que juegan con sombras y claroscuros de los ropajes) Los colores son característicos de la pintura veneciana (azules del cielo, colores claros y gran luminosidad, que crean una atmósfera envolvente) de forma general, el color predomina sobre la línea. Además, un carácter teatral, que capta el momento justo del drama, de máxima tensión que predominará en el Barroco italiano, y en España con menos repercusión. Este cuadro es en el momento en que deja de influenciarse de Caravaggio y su tenebrismo, aunque permanecen luces y sombras.

lunes, 7 de abril de 2014

Clasificación de imágenes de arquitectura barroca


BASÍLICA DE SAN ANDRÉS DEL QUIRINAL. Iglesia situada en la colina del Quirinal (de ahí su nombre) Fue construida a mediados del siglo XVII por Gian Lorenzo Bernini. Forma parte del estilo barroco italiano.




PLAZA MAYOR DE MADRID. Construida por Juan de Herrera, y modificada por Dieglo Sillero, aunque el modelo más antiguo fue terminado por Juan Gómez de mora, en 1619. Arte barroco español.





FACHADA CATEDRAL DE MURCIA. Obra barroca, a modo de retablo de piedra, proyectada por Jaime Bort en 1737 y 1754.





BALDAQUINO DE SAN PEDRO. Basílica de S.Pedro del Vaticano. Realizado por Gian Lorenzo Bernini entre 1624 y 1633.




FACHADA PALACIO REAL DE MADRID. Filippo Juvara y J.B. Sachetti. 1736-1764.




PLAZA MAYOR DE SALAMANCA. Su construcción fue desde 1729 hasta 1755. Proyecto trazado por Alberto de Churriguera, con la colaboración de Nicolás Churriguera, José de Lara Churriguera y Joaquín García de Quiñones.




FACHADA DEL PALACIO DEL MARQUÉS DE DOS AGUAS. Portada realizada en alabastro, de Ignacio Vergara. 1740-44. Churriguero puro.




FACHADA PALACIO DE SAN TELMO, Sevilla. Portada de Leonardo de Figueroa, 1724-1734.




FACHADA DE LA IGLESIA DEL GESÙ, Roma. Realizada por Giacomo della Porta. Estilo Barroco italiano.